sábado, 19 de diciembre de 2020

TANTAS OVEJAS, Y TAN POCAS NEGRAS

 


La gente no está por filosofías, lo que quiere es que las autoridades den instrucciones taxativas: esto se puede hacer, y esto no.

Luego viene el regateo: vale, esto no se puede hacer, lo entiendo, pero ¿si lo hago solo un poquito y a escondidas, de modo que no se note?

Por último, vienen las críticas: qué se habrán creído, un día te dicen que la mascarilla no sirve para nada y a la semana siguiente es obligatoria, sabes qué te digo, que les den.

Siempre acaba uno por hacer lo que le da la real gana, postura que para don Fernando Savater es profundamente ética y loable. Que le den también a Savater.

En Badajoz ha habido un rebrote serio del virus por culpa de un viaje en grupo a Turquía para hacerse unos implantes de pelo. Los afectados alegan que no era un viaje indispensable, de acuerdo, pero tampoco lo es tomarse un par de cañas en un bar, y eso sí está permitido de modo que no iban a ser menos.

Ocurre, y creo que esta es la objeción principal al savaterismo ético, que lo que mucha gente desea no es libertad sino absolución de sus pecados. Pecar mucho, arrepentirse mucho, ser absuelto muchas veces con una leve penitencia (unos 600.000 euros en casos especiales de inmunidad para eméritos), y reincidir indefinidamente porque la culpa no es mía en ningún caso, siempre son ellos los que no se aclaran.

Es la mentalidad que alimenta el magisterio moral de representantes ímprobos de la iglesia católica como monseñor Cañizares, que ha ordenado poner las banderas de su obispado a media asta y con crespones negros por la ley de la eutanasia. Todo lo susceptible de ser prohibido debe ser prohibido de forma taxativa. Después, para obtener la correspondiente bula de dispensa, basta con pasar por el despacho parroquial en horas de oficina, depositar el óbolo fijado y reclamar la cédula impresa con el nihil obstat. Luego, ancha es Castilla.

Los buenos pastores se desviven por las ovejas de su rebaño, pero no son demasiado partidarios de que sus ovejas piensen. Las ovejas negras son, por definición, aquellas que piensan por su cuenta, y es preciso convenir en que no tienen buena prensa en general.

Esta noche no he dormido bien porque el recurso de contar ovejas no me ha valido (¿o en el caso de las ovejas se escribe “balido”? El caso es que no veía bien cuáles ovejas de mi duermevela eran blancas y cuáles negras. De noche todas las ovejas son pardas.