domingo, 6 de junio de 2021

CIUDADES VERDES, PLANETA SANO

 


Ayer fue el día mundial del Medio Ambiente. No se celebró mucho, faltaría más, en ese tema hay muy poco que celebrar (todavía). Pero un grupo de diez activistas de Greenpeace asaltó la fuente de la Cibeles en el Paseo del Prado de Madrid, colocó una mascarilla con un tubo de oxígeno en la boca de la diosa, y conectó el tubo a un arbolito metido en una urna y dispuesto también sobre la fuente. Después de la performance se colocó en lugar visible un cartel con el lema “Ciudades verdes, planeta sano”, y se emitió un comunicado.

El comunicado dice cosas interesantes. Por ejemplo: «Las ciudades albergan actualmente al 55% de la población mundial, generan el 70% de las emisiones globales y consumen dos tercios de los recursos del planeta.»

También recuerda el escrito que la reducción de la contaminación de las ciudades requiere «transformar su movilidad, alimentación, espacios públicos y verdes, consumo de energía y eficiencia energética, generación de residuos y consumismo.» Nada menos.

Es un recordatorio necesario, creo yo, en un momento en el que la “libertad”, esgrimida como una maza por las derechas contra todas y cada una de las políticas sociales, incluye también la libertad suprema de contaminar. Mantener a los migrantes lejos de nuestras playas, tener encerrados a los políticos catalanes por tiempo eviterno, amnistiar por el contrario a los políticos condenados o condenables por corrupción, dar leña al mono hasta que hable inglés, y hacer irrespirable el aire de las aglomeraciones urbanas donde se guardan incorruptas como el brazo de Santa Teresa nuestras tradiciones prístinas, parecen ser los mandamientos sagrados que reverencian nuestras derechas. Algunos observadores pertenecientes a la izquierda timorata piensan que si les llevamos demasiado la contraria perderemos las próximas elecciones. Bueno, pero es que si les seguimos la corriente las estamos perdiendo ya.

Los diez activistas de Greenpeace fueron detenidos por agentes de la Policía Nacional. Se les acusa de “resistencia, desobediencia y desórdenes públicos”. Oigan, si esos son delitos, ¿qué esperan para detener a Almeida y Ayuso?