Cubata, cubalibre o roncola. (Fuente, Diccionario de bebidas.)
El alegre tarambana Pablo
Casado ha ideado un método nuevo para ganar apoyo popular y elevarse a sí mismo
a la jefatura del gobierno de la nación. Se ha comprometido a derogar todas las
leyes aprobadas por el equipo de Pedro Sánchez. Todas. Un strip-tease vertiginoso que dejaría a la matria en cueros vivos.
─ ¿Todas, don Pablo, sin
faltar una ni por la cosa del decoro?
─ Todas, absolutamente,
sin olvido ni perdón.
─ No hay huevos para hacer
eso, don Pablo.
─ ¿Que no? Tenme el
cubata.
Mejor le tienen el cubata
y lo vacían de paso en el fregadero, que ese zascandil va ya muy cargado y aún
estamos nada más mediada la tarde. Lo suyo no es política sino puro
exhibicionismo; no es democracia sino negación de la negación, irresponsabilidad negacionista,
golpismo en estado prístino y sin adherencias.
El indicio último de la gravedad del delirium tremens colectivo de las
covachuelas dirigidas por don Monipodio Casado es el rechazo total del estado
de alarma en favor del estado de excepción. Ahí les duele. Menos Zendal y más Paredón. ¿Que no se atreverán? Tenles el cubata.
El ínclito Nacho Camuñas
("Nacho de Noche" le llamaban en sus mejores años de farra) ha resucitado de entre los muertos para sostener que la guerra
civil la declaró la República con su forma de gobernar, y el bando nacional
hizo lo único sensato que cabía ante el despiporre, es decir una enmienda democrática
a la totalidad. Pablo Casado le oía con la boca abierta, ¡qué pozo de ciencia,
ese hombre! Los dos salieron del acto del bracete y se fueron a refrescar el
gaznate en ese pub ya algo fané de Moncho Street donde la Musa Ayuso recala a veces a última hora de los
jueves de las semanas impares.
─ Nacho, macho, eres muy
grande tú. Cuando presida el gobierno, te hago ministro de Cultura, y prendemos
entre los dos fuego al ‘Guernica’ de Picasso, que se jodan los comunistas.
─ No hay huevos para eso,
Pablito.
─ ¿Que no? Tenme el
cubata.