El sancta sanctorum de la
independencia rectamente entendida.
El Parlamento europeo ha
retirado la inmunidad a Carles Puigdemont. La razón oficial de la medida es que
el hombre de Waterloo no necesita inmunidad para nada, puesto que no corre
peligro de ser detenido por la Justicia española.
─ Oiga, ¿cómo que no? Esas
hienas me persiguen a cualquier rincón donde vaya. El otro día en Perpinyà
hubimos de extremar las medidas de seguridad. Solo hubo un mínimo fallo con las
mascaretes.
─ ¿Qué hacía usted en
Perpignan?
─ Yo, bueno, me reuní allí
con unos amigos, todos muy de la broma.
─
El alcalde de Perpignan es un militante de ultraderecha…
─
No, qué va, qué va… Un hombre muy centrado, muy europeo, muy de progreso en según
qué temas… A veces incluso me asusta su radicalismo.
─ También a nosotros.
Escúcheme bien. Déjese de bromas en cuadrilla. Si en adelante se comporta usted
con prudencia, tino y circunspección, como corresponde a un buen parlamentario
europeo, señor Puigdemont, podemos asegurarle que la falta de inmunidad no le
supondrá el menor problema.
─ ¡¡Pero es que lo que yo
quiero es hacer el bandarra!!
─ Lo sentimos, en ningún
subapartado de los Estatutos fundacionales de la Unión Europea se hace mención
de una inmunidad prevista para hacer el bandarra. Se trata de una regla general
que no conoce excepciones. No cabe flexibilidad en este punto.
─ La Unión Europea está
contaminada por la prepotencia de los Estados opresores de las realidades
históricas prístinas e incontaminadas. Esta retirada de la inmunidad es un
abuso intolerable.
─ ¿Puede repetir eso
último? La taquígrafa me hace señas de que no ha podido cogerlo bien.
─ No, nada, déjelo correr,
estaba tarareando la letra de una canción tradicional catalana.
─ Ah, ¿aquella de les cinc pometes té el pomer? Muy interesante.
Recuerdo muy bien la letra: “Si mireu el
vent d’on ve, veureu el pomer com dansa…”
─ Le felicito, está usted excelentemente
informado, y me hace feliz que conozca tan a fondo nuestra lengua y nuestras
tradiciones sagradas. El concepto de fondo ha quedado expresado con mucha corrección,
y su pronunciación es impecable, salvo un deje casi imperceptible que tira a
las Terres de Ponent.