domingo, 8 de agosto de 2021

DE CIUDADANOS A INDIVIDUOS, Y VICEVERSA

 


Castillo de Tintagel, Cornualles, vinculado a la leyenda artúrica. Foto compartida del muro de Marie France Fernández en Facebook.

 

Tengo un par de libros a medio leer sobre la mesa, pero me aburren; no me animo a seguir con ellos, y he recurrido a la relectura de Kallifatides, “Otra vida por vivir”, cuyas frases escuetas y cargadas de sentido tanto me impresionaron hace dos años.

Se trata de pocas páginas, pero de una gran densidad. El autor reflexiona sobre sí mismo, en un período depresivo de su trayectoria vital: ha llegado a la vejez, y se ve además incapaz de escribir, su forma de trabajo diario, la que hasta entonces ha conformado su vida.

De ahí surge una reflexión que podríamos caracterizar como “en positivo”, si no fuera tan enrevesadamente matizada. Es la siguiente (pág. 86, la traducción es de Selma Ancira, la edición de Galaxia Gutenberg 2019): « A veces tengo la impresión de que la vejez tiene un sentido: que alcancemos a arrepentirnos de lo que hicimos y no hicimos en la juventud.»

Recuerda Theo la época de grandes reivindicaciones y movilizaciones contra un mundo que no nos gustaba a los jóvenes. Finales de los sesenta. En España gravitaba sobre nosotros la pesadilla del régimen de Franco; en la Suecia socialdemócrata, las protestas eran mayormente por la guerra de Vietnam. Un día, el primer ministro Olof Palme acudió a hablar en una de aquellas concentraciones de protesta, y citó unos versos del primer libro de poemas de Kallifatides. Poemas, dice este, que ahora no puede releer sin una sensación de vergüenza, pero que en los labios de Palme le hicieron pensar que lo que escribía tenía un significado, y que su nueva patria estaba dispuesta a escucharle.

La guerra de Vietnam terminó, y «la izquierda se volvió de pronto como una corrida de toros sin toro.» Aquí tuvimos la misma sensación después de concluida exitosamente la Transición: la idea vaga de una ceremonia en el vacío, acentuada cuando quebró la URSS y sobrevino el “fin de la Historia” secundum Fukuyama.

«Nos encerramos en nuestras casas […] Nos divorciábamos para volver a empezar desde el principio. Antes no había razón que nos hiciera divorciarnos, ahora nos divorciábamos por cualquier razón. De ciudadanos pasamos a ser individuos.»

El libro de Kallifatides es la historia del regreso de un hombre a sí mismo, de la recuperación de sus raíces y de la parte de vida que perdió en el camino. Para otros el objetivo puede ser poner fin a tantos divorcios, no exactamente de pareja, pero sí de vida en común, comunitaria. Las redes sociales ofrecen un camino, aunque también pueden ser utilizadas (lo son, en efecto) exactamente para lo contrario. Hoy todo el mundo se comunica por Internet. «Hasta Cristo, si viviera ─escribe Theo─, escribiría en Twitter. “Amaos los unos a los otros”, ¿acaso hay un tuit mejor?» (pág. 99).

Amaos los unos a los otros. La fórmula perfecta, diría yo, para reconvertirnos de individuos en ciudadanos.