Relámpagos de agosto
Cartel publicitario alusivo a la actual
situación política española. El profesor Fate y la Lideresa acosan, cada cual
por su lado, al Gran Leslie, que aparece tan solo moderadamente preocupado. Yo contemplaba la escena desde lo alto de la torre del fondo.
La gran carrera continúa
apasionante, con resultados impredecibles.
El Gran Leslie se mantiene
siempre en cabeza, después de dos intentos fra casados de adelantarle por la
derecha, el primero a costa de la pandemia y el segundo por el ¿mal? comportamiento de la economía. Pero ahora mismo el profesor Fate acelera de
nuevo, y exige la dimisión de Leslie y la convocatoria de nuevas elecciones a
cuenta del crecimiento exagerado del recibo de la luz, un invento cocinado en
su propio laboratorio.
Fate, es cierto, no
dispone de muchos más argumentos que esgrimir. Leslie parece estar utilizando
en beneficio propio la flor en el culo de Zidane, y medra en medio del caos
bajo la protección de sus dos hadas madrinas alemanas: Ursula von der Leyen y
Nadia von Calviño. Le viene a las manos guita europea a mogollón para repartir
entre los gentiles, y mientras tanto el negacionismo viral agoniza y más del
60% de la ciudadanía está bi-inmunizada y a la espera de un inminente remedio
milagroso, que será la vacuna de España y no la de Merimée. Los niveles de empleo
no son para tirar cohetes, pero sí mejores que los de antes del último virus, y
muy superiores a los de la desastrada etapa del último dinosaurio mohicano, don
Mariano Rajoy Brey.
La Lideresa, por su parte,
ha perdido pistonada. Está bien ofrecer una cervecita helada en plena ola de
calor, pero si la pides en una terraza de Serrano te la cobran al precio de un
recibo de la luz. ¿O se habían creído ustedes que lo único que crecía al ritmo
desbocado de los termómetros era el kilovatio/hora?
Es verosímil que esta
ofensiva urgente fra case también, y como esa eventualidad preocupa hondamente
a los muñidores de la FAES, no sería imposible que el profesor Fate exigiera en
breve la rendición sin condiciones del Gran Leslie debido a su incapacidad
culpable para retener a Messi en LaLiga. Y es que, consultados los últimos sondeos
de opinión y auscultadas las redes sociales, ese parece ser el problema que más
preocupados nos tiene a los mindundis de las clases bajas.