sábado, 28 de agosto de 2021

EL PUDRIMIENTO PROGRESIVO DE LA DERECHA

 


Thatcher y Reagan, los padres fundadores de la perversión original de la derecha que está llevando a sus discípulos, o bien a la inanidad, o bien a las casamatas, depende del gusto.

 

Hay cierto derrotismo en el ambiente. En las redes sociales aparecen voces que advierten de que las izquierdas (es decir, nosotros) nos estamos derechizando, y el tsunami PP-Vox se nos va a tragar en los comicios venideros, a no ser que espabilemos pronto.

No lo creo. O sea, si la izquierda está así de mal, yo pregunto, ¿dónde está la derecha?

Oigan, la derecha ha tirado la toalla de la política y se dedica a otra cosa. Luego se lo explico aquí de forma pormenorizada, pero mientras tanto me hacen el favor de leer un post reciente de José Luis López Bulla, “Casado, perdido y hallado en el búnker” (lo encuentran en http://lopezbulla.blogspot.com/2021/08/casado-perdido-y-hallado-en-el-bunker.html)

La derecha, en una palabra, se ha tirado al búnker, del mismo modo que la judicatura se ha tirado al monte. José Luis termina su ejercicio de redacción preguntándose qué postura tomará el búnker frente a la reforma de las pensiones y la subida del salario mínimo. La pregunta es retórica: el búnker estará en contra, por descontado. Pero no porque tenga un proyecto alternativo ni porque el tema choque con sus convicciones ni con sus “raíces profundas”, sino porque no tiene ganas de ponerse a pensar ahora, lo que faltaba para el duro.

Tenemos un país en el que la izquierda gobernante se ve obligada a ejercer también de derecha. Ojo, no es que se derechice, la cuestión es distinta; ocurre que tiene que velar por el común de los ciudadanos y no exclusivamente por quienes considera “suyos”; y en ese trance, tratar de conservar equilibrios delicados que los señores Casado y Abascal, de un lado, y Lesmes y Marchena del otro, se pasan por el arco de triunfo. (Menciono solo a los cabecillas más a la vista; el gang implicado es notablemente numeroso.)

En una entrada reciente de mi blog, preguntaba dónde están las derechas de antaño. Me ratifico y enfatizo. La izquierda siempre ha reivindicado la ética en la política, es de alguna manera su punto fuerte, y la derecha ostentaba  por su parte tres superioridades difíciles de contrastar: la superioridad de los saberes, la del capital financiero que inyecta en la estructura productiva, y la de ser portadora de un proyecto de progreso desigual pero no, en principio, excluyente.

En dicha entrada (ver http://vamosapuntoycontrapunto.blogspot.com/2021/08/donde-estan-las-derechas-de-antano.html) comentaba hasta qué punto la derecha ha desertado de sus tres responsabilidades clásicas, y no tiene nada que ofrecer a la sociedad en el terreno de la política. El conglomerado financiero-industrial se ha convertido más o menos en una enorme maquinaria extractora-aspiradora de rentas, dirigida de preferencia a negociar las carencias de los humildes y lucrarse con sus necesidades. La educación, la sanidad, los alquileres de viviendas, las hipotecas, la previsión social, las pensiones, las vacunas, las residencias para ancianos, ofrecen un campo amplísimo para el revoloteo de los buitres. Su única preocupación al respecto es que no intervenga la “política” (en forma de normas taxativas legisladas según los protocolos de las mayorías parlamentarias) a fin de imponer restricciones en sus cazaderos de rentas preferidos. Por eso la actividad política principal y casi única de la derecha, hoy, es la de bloqueo.

La situación no es buena, pero tampoco tan mala como para caer en el desánimo. Se está avanzando en la corrección de las desigualdades, siquiera sea entre ataques de nervios porque no se va lo bastante deprisa.

Pero se avanza, ese es el dato que importa.