El autor de este blog se homenajea a sí mismo con
este retrato de Walafridus Strabo (Walafrido el Bisojo), abad que fue del
monasterio de Reichenau, junto al lago de Constanza. Walafridus fue autor, como
consta en la inscripción, del Glosario Ordinario, utilizado
como libro de texto en muchas escuelas monásticas durante la Edad Media; y
murió el 18 de agosto del 849. El ambiente de trabajo imaginado por el artista
es rabiosamente anacrónico. En vida del abad faltaban siglos aún para la
introducción de la sofisticada tecnología del papel de escritura y la pluma de
ganso. La butaca capitoné es un detalle delicioso.
La trayectoria
regular de Punto y Contrapunto empezó el mes de abril de 2014; hace un poco más
de cinco años. Hay entradas de fechas anteriores, pero por lo general vieron la
luz en el blog Metiendo Bulla, y han sido reclasificadas con posterioridad.
Cinco años,
entonces; 1522 entradas, contando esta. Si calculamos una media ponderada de
750 palabras por entrada (es raro que baje de las 500, y más raro aún que
sobrepase las 1000, porque uno de mis primeros propósitos cuando decidí llevar
un “diario” de trabajo y “del” trabajo, fue no cansar a mis lectores
potenciales), saldrían 1.141.500 palabras en total.
Las palabras son
una riqueza que utilizamos muchas veces sin sentir. “Pesar las palabras” es una
frase preñada de significado, pero lo habitual es que no las pesemos, que las
dejemos escurrirse como los pececillos de una red de arrastre virtual que solo
retiene los vocablos de mayor entidad, prosopopeya y sustancia.
¿De qué he tratado en
ese millón largo de palabras ─mías, en su mayor parte; prestadas también de
otros, a quienes he procurado citar siempre con fidelidad, dándoles lo que en
rigor les corresponde─ alineadas en la pantalla desde hace cinco años? He hecho
un chequeo del archivo temático en el que tengo reunidas las entradas para
saber encontrarlas cuando, por la razón que sea, vuelvo a necesitarlas. Este ha sido el resultado.
El apartado más
voluminoso es el de la política (política catalana, nacional, internacional y
teoría política), con mucha diferencia sobre todos los demás: 728 entradas, el
47,86%. No era mi intención, en principio, dedicar a la “torre del homenaje” de
nuestra construcción social tanto espacio, pero los vaivenes de la actualidad
tienen una gran fuerza de arrastre. Bertolt Brecht expresó la idea en un poema
archiconocido, “Malos tiempos para la lírica”. Seguro que ahora no lo son tanto
como entonces, pero aun y así siguen siendo malos.
El trabajo, la
economía, el sindicalismo y la sociedad han dado contenido a un total de 260
entradas, el 17,09%. Forman un fondo de reflexión eminentemente personal. He
coincidido a menudo en mis valoraciones con otras personas, pero he procurado
no hacerme portavoz de nadie, no airear consignas, no asumir como míos análisis
debidos a otros.
Las entradas
relacionadas con el arte y la literatura han sido 188, el 12,36%. Tienen un
carácter misceláneo, sin intención de sentar doctrina ni de abordar temas de
forma sistemática. Debo decir que han despertado una atención muy especial.
Algunas de las entradas que acumulan más visitas están en este apartado, y
tienen la particularidad de que sus lectores proceden de otros países, en
primerísimo lugar de Estados Unidos. Algunos comentarios puntuales hechos sobre
Tito Lucrecio Caro (un hit en mi blog), Dante, Lorca, Homero, Proust, Leonardo,
el Bosco, Vermeer, Leonard Cohen, Georges Brassens y otros, siguen siendo
visitados de forma regular años después de haber sido colgados. Sospecho que en
algún colegio o taller de escritura han incluido algunos de ellos en un listado
de referencias para ejercicios prácticos del alumnado, o algo similar.
Los siguientes
apartados temáticos tienen un volumen cuantitativo muy inferior: Historia
(3,55%), Mujer e igualdad de género (2,30%), Religión (2,17%), Derecho y
justicia (1,38%). Siguen otros apartados temáticos con aportaciones más puntuales
(Ecología, Comunicación, Viajes, o las historietas veraniegas estrafalarias protagonizadas
por un Chivo Expiatorio de mi mismo nombre, a quien Angela Merkel, casi siempre
la primera parte contratante, llama con exquisito acento pomerano Herr
Gottráiguetz).
Las visitas
directas al blog en este tiempo han sido del orden de las 138.000; un número
muy modesto en comparación con blogs de referencia como el de José Luis López
Bulla, un fenómeno de masas, o el de Antonio Baylos. No he utilizado redes
sociales para la difusión. No he contabilizado (porque desconozco las cifras) las
visitas a mis apariciones en Nueva Tribuna, que me han dado a conocer en un
mundillo determinado y que agradezco siempre infinito; ni las ocasiones señaladas
en las que mis textos han sido reproducidos en otras bitácoras, como Metiendo
Bulla, citada antes, o En Campo Abierto, esta última de la mano de Javier
Aristu.
La audiencia directa
presenta algunas incógnitas. Los primeros años, hasta enero de 2017, fueron de pertinaz
sequía. Desde entonces el crecimiento ha sido consistente, pero no del todo
coherente. Estos son los países en los que tengo mayor audiencia global:
España, 47886 visitas; Estados Unidos, 47088; Francia, 7528; Rusia, 6881, y
Grecia, 4986.
Encuentro una
explicación fácil a Grecia: allí está mi hija, y allí estoy yo también varios
meses al año. Una amiga griega muy querida que desconoce por completo la lengua
en la que escribo me ha contado a través de mi hija que intentó seguirme utilizando
la herramienta de traducción automática de Google, y que desistió porque no
entendía nada. Entonces, es difícil justificar las cifras de Rusia y otras de
volumen menor (Ucrania, Corea del Sur, Irlanda) si no es como actividades
relacionadas con estudios sociológicos o, más verosímilmente, con los servicios
de inteligencia. Hipótesis que se vería reforzada por la manera como ocurren
esas visitas: por rachas que duran uno o varios días, con un centenar diario de
visitas, y que cesan de repente para repetirse al cabo de unos cuantos meses.
No me pregunten en qué puede interesar lo que escribo a los servicios secretos de esos
países, porque no tengo respuesta. Podría ser una especie de
supervisión general a los contenidos registrados en la nube, con vistas a
alertas tempranas en casos de preparación de atentados u otros actos
terroristas. El dato está ahí, incontestable.
Y este es el balance
provisional que puedo establecer de un trabajo diario que encuentro gratificante,
y que es seguido con una benevolencia sorprendente por una audiencia sin duda
muy restringida en relación con la de las/los grandes influencers, pero inestimable para mí. Gracias desde aquí a todos
los que me leen.