martes, 28 de mayo de 2019

CHEQUEO Y BALANCE PROVISIONAL



El autor de este blog se homenajea a sí mismo con este retrato de Walafridus Strabo (Walafrido el Bisojo), abad que fue del monasterio de Reichenau, junto al lago de Constanza. Walafridus fue autor, como consta en la inscripción, del Glosario Ordinario, utilizado como libro de texto en muchas escuelas monásticas durante la Edad Media; y murió el 18 de agosto del 849. El ambiente de trabajo imaginado por el artista es rabiosamente anacrónico. En vida del abad faltaban siglos aún para la introducción de la sofisticada tecnología del papel de escritura y la pluma de ganso. La butaca capitoné es un detalle delicioso.


La trayectoria regular de Punto y Contrapunto empezó el mes de abril de 2014; hace un poco más de cinco años. Hay entradas de fechas anteriores, pero por lo general vieron la luz en el blog Metiendo Bulla, y han sido reclasificadas con posterioridad.

Cinco años, entonces; 1522 entradas, contando esta. Si calculamos una media ponderada de 750 palabras por entrada (es raro que baje de las 500, y más raro aún que sobrepase las 1000, porque uno de mis primeros propósitos cuando decidí llevar un “diario” de trabajo y “del” trabajo, fue no cansar a mis lectores potenciales), saldrían 1.141.500 palabras en total.

Las palabras son una riqueza que utilizamos muchas veces sin sentir. “Pesar las palabras” es una frase preñada de significado, pero lo habitual es que no las pesemos, que las dejemos escurrirse como los pececillos de una red de arrastre virtual que solo retiene los vocablos de mayor entidad, prosopopeya y sustancia.

¿De qué he tratado en ese millón largo de palabras ─mías, en su mayor parte; prestadas también de otros, a quienes he procurado citar siempre con fidelidad, dándoles lo que en rigor les corresponde─ alineadas en la pantalla desde hace cinco años? He hecho un chequeo del archivo temático en el que tengo reunidas las entradas para saber encontrarlas cuando, por la razón que sea, vuelvo a necesitarlas.  Este ha sido el resultado.

El apartado más voluminoso es el de la política (política catalana, nacional, internacional y teoría política), con mucha diferencia sobre todos los demás: 728 entradas, el 47,86%. No era mi intención, en principio, dedicar a la “torre del homenaje” de nuestra construcción social tanto espacio, pero los vaivenes de la actualidad tienen una gran fuerza de arrastre. Bertolt Brecht expresó la idea en un poema archiconocido, “Malos tiempos para la lírica”. Seguro que ahora no lo son tanto como entonces, pero aun y así siguen siendo malos.

El trabajo, la economía, el sindicalismo y la sociedad han dado contenido a un total de 260 entradas, el 17,09%. Forman un fondo de reflexión eminentemente personal. He coincidido a menudo en mis valoraciones con otras personas, pero he procurado no hacerme portavoz de nadie, no airear consignas, no asumir como míos análisis debidos a otros.

Las entradas relacionadas con el arte y la literatura han sido 188, el 12,36%. Tienen un carácter misceláneo, sin intención de sentar doctrina ni de abordar temas de forma sistemática. Debo decir que han despertado una atención muy especial. Algunas de las entradas que acumulan más visitas están en este apartado, y tienen la particularidad de que sus lectores proceden de otros países, en primerísimo lugar de Estados Unidos. Algunos comentarios puntuales hechos sobre Tito Lucrecio Caro (un hit en mi blog), Dante, Lorca, Homero, Proust, Leonardo, el Bosco, Vermeer, Leonard Cohen, Georges Brassens y otros, siguen siendo visitados de forma regular años después de haber sido colgados. Sospecho que en algún colegio o taller de escritura han incluido algunos de ellos en un listado de referencias para ejercicios prácticos del alumnado, o algo similar.

Los siguientes apartados temáticos tienen un volumen cuantitativo muy inferior: Historia (3,55%), Mujer e igualdad de género (2,30%), Religión (2,17%), Derecho y justicia (1,38%). Siguen otros apartados temáticos con aportaciones más puntuales (Ecología, Comunicación, Viajes, o las historietas veraniegas estrafalarias protagonizadas por un Chivo Expiatorio de mi mismo nombre, a quien Angela Merkel, casi siempre la primera parte contratante, llama con exquisito acento pomerano Herr Gottráiguetz).

Las visitas directas al blog en este tiempo han sido del orden de las 138.000; un número muy modesto en comparación con blogs de referencia como el de José Luis López Bulla, un fenómeno de masas, o el de Antonio Baylos. No he utilizado redes sociales para la difusión. No he contabilizado (porque desconozco las cifras) las visitas a mis apariciones en Nueva Tribuna, que me han dado a conocer en un mundillo determinado y que agradezco siempre infinito; ni las ocasiones señaladas en las que mis textos han sido reproducidos en otras bitácoras, como Metiendo Bulla, citada antes, o En Campo Abierto, esta última de la mano de Javier Aristu.

La audiencia directa presenta algunas incógnitas. Los primeros años, hasta enero de 2017, fueron de pertinaz sequía. Desde entonces el crecimiento ha sido consistente, pero no del todo coherente. Estos son los países en los que tengo mayor audiencia global: España, 47886 visitas; Estados Unidos, 47088; Francia, 7528; Rusia, 6881, y Grecia, 4986.

Encuentro una explicación fácil a Grecia: allí está mi hija, y allí estoy yo también varios meses al año. Una amiga griega muy querida que desconoce por completo la lengua en la que escribo me ha contado a través de mi hija que intentó seguirme utilizando la herramienta de traducción automática de Google, y que desistió porque no entendía nada. Entonces, es difícil justificar las cifras de Rusia y otras de volumen menor (Ucrania, Corea del Sur, Irlanda) si no es como actividades relacionadas con estudios sociológicos o, más verosímilmente, con los servicios de inteligencia. Hipótesis que se vería reforzada por la manera como ocurren esas visitas: por rachas que duran uno o varios días, con un centenar diario de visitas, y que cesan de repente para repetirse al cabo de unos cuantos meses. No me pregunten en qué puede  interesar lo que escribo a los servicios secretos de esos países, porque no tengo respuesta. Podría ser una especie de supervisión general a los contenidos registrados en la nube, con vistas a alertas tempranas en casos de preparación de atentados u otros actos terroristas. El dato está ahí, incontestable.

Y este es el balance provisional que puedo establecer de un trabajo diario que encuentro gratificante, y que es seguido con una benevolencia sorprendente por una audiencia sin duda muy restringida en relación con la de las/los grandes influencers, pero inestimable para mí. Gracias desde aquí a todos los que me leen.