Fotografía de “portada” del no
18 de Pasos a la Izquierda.
El milagro ha
vuelto a producirse; está en la red un nuevo ejemplar digital, el número 18, de
la revista Pasos a la Izquierda, tal y como nos lo
ha anunciado oportunamente su profeta Javier Aristu. Es un buen momento para
leer despacio lo que ahí se ha reunido laboriosamente, y tomar algunas notas sustanciosas
de lo que se va leyendo. Las notas manuscritas o electrónicas depositadas en un soporte
adecuado son como los estantes de un armario ropero en el que ordenamos
nuestras pertenencias ─pocas o muchas─ a fin de tenerlas a mano siempre que las
necesitamos.
Comento aquí y a
bote pronto lo que me parece más urgente: la explicación que hace Gaetano
Sateriale ─un amigo─ del Piano del
Lavoro, del que es responsable oficial en la dirección de la CGIL italiana.
Este “Plan del Trabajo” es una iniciativa sindical a largo plazo que va más
allá de la defensa inmediata de los puestos de trabajo realmente existentes,
porque apuesta no solo por la resistencia sino además por la alternativa; por una
alternativa propia del sindicato, discutida y elaborada desde abajo.
La propuesta
sindical italiana no se limita a negociar “lo que se pueda” con las instancias
que tradicionalmente se encargan de programar el desarrollo (gobierno y
patronal, por antonomasia), sino que entra a discutir de entrada la mayor, y a
señalar de forma contundente: esto es lo
que el país necesita, esto es lo que nosotros queremos que se haga, por esto y
no por otra cosa estamos todos a una dispuestos a arrimar el hombro.
En pocas palabras, el Plan apuesta por un nuevo modelo de desarrollo económico para
Italia y para Europa, centrado, explica
Sateriale, «ya no en los consumos y en la producción de bienes duraderos, sino
en las exigencias ─las necesidades─ de las personas, de las comunidades y de
las áreas geográficas en las que viven.»
Es decir, lo que se
propone es cambiar la orientación y los puntos cardinales del mapa del
desarrollo, y darle un sentido nuevo. El objetivo ya no es engordar el PIB (el
mentiroso, el puto PIB, que cuando el capitalista se come dos pollos y yo
ninguno, declara que él y yo nos hemos comido un pollo “per cápita”, y me felicita por haber mejorado mi dieta).
El objetivo son las
necesidades reales de las personas reales. Y como las personas no viven del
aire y en el aire, ni de las estadísticas y en las estadísticas, esas
necesidades incluyen las comunidades humanas y los territorios en los que se
asientan. Tanto los territorios superpoblados con problemas de gigantismo y de contaminación, como
los territorios vacíos con problemas de falta de infraestructuras vitales: esos lugares
marginales que los economistas dan ya por perdidos y esconden debajo de la
alfombra y detrás de las estadísticas cuando echan sus cuentas.
Una gran idea, un
Plan del Trabajo para potenciar la igualdad y un desarrollo armonioso y
sostenible. Una idea que necesariamente se puede asumir y desarrollar también
aquí, en España y en sus autonomías.
Lo que Sateriale
dice de Italia lo encuentran en https://pasosalaizquierda.com/el-potencial-innovador-del-piano-del-lavoro/.
Buena y provechosa
lectura.