Bob Puigdedylan en los
alrededores de Perpinyà,2020
And the first one now
Will later be last
For the times they are a-changing
Y el que ahora va primero
Será luego el último
Porque los tiempos están cambiando
Bob Dylan
Carles Puigdemont
dio ayer en Perpinyà un macroconcierto revival
de Bob Dylan, sin guitarra eléctrica ni armónica. Sus estrofas se adornaron
con acentos proféticos: «No esperéis tiempos mejores, los tiempos mejores están
aquí.» Puro Times They Are A-Changin.
Flanqueado por dos teloneros eficaces, Clara
Ponsatí (“Todo diálogo con el Estado es una trampa”) y Toni Comín (“Arremangaos,
porque queda mucho trabajo por hacer”), Puigdemont ejerció de divo emergente de
la nueva canción-posprotesta.
Times They Are A-Changin es un referente bastante consistente para este
género musical específico. En 2004, la revista Rolling Stone le asignó el número 59 en la lista de las 500 mejores
canciones de todos los tiempos. No es el no va más, pero se trata de un logro
respetable. Quizás interpretarla ahora resulta un poco desfasado, pero no vamos
a ponernos difíciles por ello.
Hay tres notas más
que me gustaría hacer constar sobre la canción, ante la posibilidad de que a la
producción “Los tiempos mejores están
aquí”, de Carles Puigdemont, puedan ocurrirle cosas parecidas.
Primera nota.- En
septiembre de 1963, cuando Dylan preparaba la grabación, le visitó Tony Glover,
un amigo, y después de leer la partitura le preguntó: «¿Qué es esta mierda?»
Dylan se encogió de hombros y le contestó: «Bueno, tú lo sabes, parece que es
lo que a la gente le gusta escuchar.»
Segunda nota.-
Algunas instancias del establishment estadounidense
(ya saben, el llamado complejo militar-industrial, algo nervioso a la sazón porque
JFK acababa de ser tiroteado mortalmente en Dallas) tomaron la canción de Dylan
poco menos que como una declaración de guerra que pretendía abrir una brecha
generacional en los altos destinos de la nación. Dylan se defendió de esa
interpretación en 1964 de la siguiente manera: «The Times They Are A-Changin no es una declaración, es un
sentimiento.»
Tercera nota.- En
1996 se produjo cierta controversia cuando Dylan dio su consentimiento para que
el Banco de Montreal utilizara su canción en una campaña publicitaria.