lunes, 2 de marzo de 2020

TOT S'APROFITA



La tumba de Antonio Machado, en Colliure.


Con ánimo de redondear la jornada política en el Rosselló irredento, una vez finalizado el macroconcierto de Perpinyà, Carles Puigdemont y su troupe se dirigieron al pequeño cementerio de Colliure, y allí quisieron colocar una estelada junto a la bandera republicana, sobre la tumba de Antonio Machado. Los circunstantes lo impidieron y le devolvieron la bandera, acompañándola con los adjetivos más expresivos que supieron encontrar.  

Machado no es un icono del independentismo; más bien ha sido ninguneado por los estamentos oficiales de la cultureta del país.

No escribió en catalán.

Su infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, circunstancia deplorable para los capitostes de aquí mismo.

Su austera descripción de los cárdenos roquedos por los que traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, tiene poco que ver con las ufanoses muntanyes del Canigó.

Pero todo se aprovecha, tot s’aprofita, como dejó escrito Pere Calders. Una acompañante del cortejo explicó a las personas indignadas que rodeaban la tumba del poeta que ambos dos, Machado y Puchi, habían sufrido exilio debido a sus ideas contrarias a la España opresora.

Podía ser un chiste comparar los dos exilios, pero al parecer la señora lo decía en serio. Tot s’aprofita.

En vista de la escasa predisposición del auditorio a hacerle la gara-gara, don Carles caló el chapeo, requirió la estelada, miró al soslayo, fuese… y no hubo nada.