lunes, 9 de noviembre de 2020

BUENO PARA LA BANCA, ¿BUENO PARA EL PAÍS?

 


Pablo Hernández de Cos, el gobernador enmascarado (fuente, ABC.es)

 

Leo en la prensa varias noticias conectadas entre ellas, pero que es preciso modular. O sea, que no son exactamente causas y consecuencias, sino en todo caso fenómenos concomitantes.

Una es la subida de las Bolsas a raíz de la victoria de Biden en las elecciones presidenciales. La noticia dice que Biden era “el candidato de Wall Street”, pero ese comentario no es riguroso. Más exacto sería decir que los dos rivales eran candidatos de Wall Street, o que a Wall Street lo mismo le daba uno que otro, porque, a semejanza de otras divinidades, su reino no es de este mundo, y tiene capacidad de sobra, tanto para escribir derecho con renglones torcidos, como para escribir torcido con renglones derechos. Los altibajos de la Bolsa son avatares a considerar, para lucrarse en un caso jugando al alza, y en el otro, a la baja. El mercado de capitales es inmune a los vaivenes de la política.

Mientras tanto, tenemos en el solar patrio las declaraciones del gobernador del Banco de España en el sentido de que es preciso ir preparando la mochila austríaca para la ciudadanía (en otras palabras, una ayuda institucional para que cada cual se pague su propia seguridad social privada), y la conveniencia de retrasar la edad de la jubilación para hacer más sostenible el sistema de pensiones. También ha vuelto a su vieja monomanía de criticar la subida del salario mínimo, desde la extraña convicción de que, cuanto más mínimo sea, a más personas favorecerá. Lo cual es una regla de tres falsa, en el sentido de que toma como cantidades constantes tanto los puestos de trabajo asalariado como el costo global de la mano de obra.

Oficialmente, el señor gobernador se está interesando de forma altruista por la prosperidad de los administrados; extraoficialmente, su preocupación es la salud del negocio bancario. Así de crudo. Hernández de Cos cree, en cualquier caso, que la prosperidad de la banca equivale a la prosperidad del país. Es otra falsa regla de tres, por más que se adscriba aproximadamente al pragmatismo de Deng Xiaoping. Cos tiene la misma actitud de Wall Street en la noticia anterior: “Lo mismo me da el gato blanco (Biden) que el negro (Trump), siempre que cace «mis» ratones.”

Los “ratones” de la banca están en conexión con la cuenta de beneficios.

Pueden creerme bajo palabra, o buscar una segunda opinión. Como pista a seguir en este último caso, les ofrezco un titular reciente de La Vanguardia: «La banca planea despedir a más de 15.000 personas.»