sábado, 14 de noviembre de 2020

LA INSURRECCIÓN DE LOS BARONES

 


El Sheriff de Nottingham en la película de Walt Disney Productions ‘Robin Hood’ (1973). Cualquier parecido con los barones del PSOE es pura coincidencia.

 

Con aspavientos de beata que ha percibido en misa el escote demasiado abierto de una feligresa sin la preceptiva mantilla, los barones del PSOE se lanzan de forma concertada a la yugular de Sánchez, en un momento crítico para el país. Ellos lo llaman patriotismo, lo llaman unidad. Se quejan de Bildu, se quejan de Podemos, de los comunistas. Dicen que por ahí no pasan, a pesar de que sabemos que han pasado por lo menos setenta veces siete.

¿Por dónde pasan, entonces, Vara, Page, Lambán? No se quejan del contenido de los presupuestos (tienen una base electoral a la que atender), sino de quien los firma. Denuncian pactos oscuros en la trastienda para “romper España”: la misma España de la que ellos están haciendo retales con los que confeccionarse mangas y capirotes para uso privado.

Su actitud tiene una definición aproximativa: es un neofeudalismo en crudo. Los nobles vasallos del rey Ricardo, que anda atareado en las Cruzadas, se alían con los agarenos para empujar a tantos Robines al bosque de Sherwood como única alternativa para no colgar del cuello en un cadalso. Vara, Page, Lambán, ejercen de sheriffs de Nottingham con la secreta esperanza de beneficiarse a lady Marian y apoderarse de las posesiones de la familia.

Los melindres de vieja dama de los barones en torno a unos presupuestos decisivos, les retratan. En el momento de remar todos juntos, llaman a arriar los botes. Proponen cambiar las alianzas, ceder graciosamente al peso resistible de una oposición incompetente e incapaz de ofrecer al país otro mensaje que no sea el de “quiero mandar yo”.

No están solos del todo, les acompañan algunos jarrones chinos.

Discutir si son socialistas o socios listos, si son galgos o son podencos, no vale mucho la pena. El poeta Juan Ramón Jiménez lo dejó todo dicho en un poema titulado “Piedra y cielo”: «¡No la toques ya más, / que así es la rosa!»