jueves, 2 de abril de 2020

ESTÁN TRISTES LAS FLORES



Orquídeas frente a la ventana sobre la mesa de trabajo de Carmen, un día de lluvia.

Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
Rubén Darío, Sonatina


Han tocado a rebato en la Generalitat de Waterloo. Desde Madrit no solo les matan, sino que les están quitando de las manos las incompetencias, y eso ya pasa de marron glacé, que es la forma fina de denominar el castaño oscuro.

Algo hay que hacer, ahora que estaban tan bien sin hacer nada, y han elegido la vía de los comunicados de protesta. Si el ejército español monta un hospital de campaña en un polideportivo de Sabadell, está mal montado; si el Gobierno de España apronta medios para políticas sociales, está perjudicando la salida en tromba de la economía catalana para después del Covid.

Y, como señala Ferran Monegal, que por su oficio tiene que pasar por la dura ordalía de visionar los programas de TV3, en Tot es mou han llegado a contraponer la “cara de derrota” de Pedro Sánchez, cuando informaba sobre la pandemia, con la “empatía” de Quim Torra en una entrevista con niños.

Alabar la empatía de un autista es rizar el rizo. Alguien debería proponer a Tot es mou para un premio Grammy, no sé exactamente cuál pero tampoco importa.

Tot es mou, todo se mueve en efecto, como se movía el Titanic después del pequeñito malentendido que tuvo con un iceberg. La banda de música está alineada en cubierta y toca el himno Tornarem a fer-ho! La gente se amontona alrededor de los botes salvavidas. Los oficiales del transatlántico les miran hacer con los brazos cruzados mientras critican que dichos botes son pocos y están mal hechos, y culpan del desaguisado a la compañía de navegación. Si la compañía lo hubiera dejado todo en sus manos…

Olvidan (el olvido es una facultad eminentemente humana) que fue el capitán del barco quien decidió dejar en el puerto los salvavidas porque eran un engorro para la navegación, y también fue el capitán quien marcó la trayectoria de colisión.

La trayectoria era, al parecer, la correcta; que los resultados hayan sido los que han sido, no tiene nada que ver con la cuestión debatida. Miren, miren ustedes el careto de angustia de Pedro Sánchez y analicen en cambio la sonrisa de felicidad que exhibe el president.

Pero están tristes las flores del jardín, lo dijo Rubén Darío. Todos lloramos a nuestros muertos y a nuestros enfermos, apretamos los dientes, resistimos para poder luego ganar.

Solo Quim Torra ríe. Y TV3 le ríe la gracia.