“El minué” (detalle), obra de
Giandomenico Tiepolo.
Es inminente la
prolongación de la cuarentena contra el coronavirus, y Sanidad recomienda además
a la población el uso de mascarillas, como elemento preventivo añadido.
La recomendación ha
provocado una nueva avalancha de consumidores hacia el acaparamiento. Primero
fue el papel higiénico, y ahora la mascarilla. En medio de ambas, y seguramente
para tener algo que llevarse a la boca en las largas horas de meditación ante
el televisor encendido, se agotaron las existencias de bolsas de patatas fritas
y de aceitunas sin hueso. Las futuras tesis doctorales en los departamentos
universitarios de Sociología y Antropología social utilizarán este material
fresco para evaluar los nuevos reflejos condicionados que afloran, en
condiciones de alarma social, en la rutina cotidiana del Homo sapiens sapiens en su variedad urbana y sedentaria.
Mientras tanto, las
premisas del mundo globalizado se están resquebrajando. El Fin de la Historia ha
dado un rebote hacia atrás, y la naturaleza retorna a un estadio más prístino. Se
ha avistado una bandada de delfines frente a Poldemarx (hay constancia en un
vídeo que circula por las redes), y los jabalíes bajan pacíficamente hasta la
Diagonal. No incluyo en la relación de estos fenómenos al cervatillo
jugueteando con las olas porque la fecha de la grabación es bastante anterior
al coronavirus.
También, la otra
cara de la moneda, ocurren cosas paranormales de un tipo distinto. Se han
perdido sin dejar rastro dos aviones chinos contratados por Díaz Ayuso para la
Comunidad de Madrid. En el aeropuerto de Ankara las autoridades han requisado un
cargamento de material sanitario comprado por el Gobierno español, de un avión en
tránsito, también chino. En otro aeropuerto asimismo chino, un agente
estadounidense recompró material previamente adquirido por Francia, doblando a
pie de pista el precio original.
No hay una
sabiduría superior del Mercado financiero que rija estas interferencias en los
intercambios. Con el nuevo florecimiento de la naturaleza, rebrota también el
darwinismo social, y las mafias de toda la vida se enseñorean a empujones del metafórico
centro del tablero.
Ah, una última
noticia se inscribe también en el nuevo/viejo orden de cosas. En una
determinada cadena de supermercados catalanes, las mascarillas se venden ligeramente
más caras, con la oportuna explicación a la clientela de que el sobreprecio
está destinado a financiar las necesidades de la ANC, la independentista Assemblea
Nacional de Catalunya.