jueves, 30 de abril de 2020

CABALLO DE PARADA



En Lipica, Eslovenia, septiembre de 2018


Caballo le dan sabana porque está viejo y cansao
Pero no se dan de cuenta que un corazón amarrao
Cuando le sueltan la rienda es caballo desbocao

Roberto Torres, Caballo viejo


Creo recordar que fue Federico Engels el que calificó en alguno de sus escritos el Primero de Mayo como un “caballo de parada”. La expresión denota cierta impaciencia: pensaba “el General” que las celebraciones y las manifestaciones están bien, pero no despejan las urgencias que se acumulan en la praxis colectiva de una clase trabajadora que pretende pesar más (o, más simplemente, “pesar” algo) en la marcha del mundo.

En vísperas de un Primero de Mayo sin presencia en la calle, la reflexión ofrece un contrapunto inédito. Porque mañana no desfilaremos, ni ondearemos banderas, ni corearemos eslóganes, ni volveremos a nuestras casas "viejos y cansaos" con el regusto satisfecho de un deber cumplido. No están los tiempos para tales líricas.

Nissan habría estado presente en muchas de esas pancartas que no se desplegarán; pero a falta de pancartas, no puede estar ausente también de nuestros propósitos.

Autónomos y pequeñas empresas se están quejando de la tarea minuciosa de obstrucción que despliegan ciertos bancos para escatimarles los créditos ICO y encauzar los dineros aportados para la reconstrucción en direcciones que les garanticen el mejor retorno posible de unas inversiones que sin embargo no son suyas, porque su función en este caso es únicamente la de mediación en la distribución racional de unos dineros públicos.

Ya verán como la banca privada volverá a cifras récord de beneficios cuando concluya la crisis. El sector se colocó a base de codazos en primera fila para el rescate de la economía después del catacrac de 2008, desde la presunción de que era demasiado grande para caer. Y ahí sigue la banca en primera fila, encantada de haberse conocido y ejerciendo de guardián autoconvocado del tráfico financiero, para dirigir la circulación de las ayudas públicas con criterios de negocio, e imponer en la práctica una selección previa de los ganadores y los perdedores que saldrán de esta nueva prolongación de la misma crisis de fondo.

He aquí un tema estrella para una movilización de Primero de Mayo que habrá de desarrollarse desde la dificultad añadida del confinamiento. Los sindicatos están reclamando nacionalizaciones de empresas estratégicas, dado que los objetivos de negocio privado con los que se dirigen estas, son incompatibles con el progreso y el bienestar colectivos. En el mismo sentido, es urgente la consolidación de una banca pública en la que el servicio prime sobre el negocio. Igual que en la pandemia las personas se han encaminado hacia la sanidad pública desertando de las mutuas, en la crisis deben poder recurrir a una banca pública, no a los santanderes, los bilbaos, las caixas y otros sacamantecas.

Ayer se celebró una asamblea de CCOO por youtube, y algo se planteó sobre todo ello. No es solo un dato; es un vector que indica una dirección, en busca de soluciones participativas, eficientes, prácticas. Soluciones públicas.

Se necesitan, y se han de encontrar. El gobierno progresista sigue comprometido en un programa por cumplir; y nuestra gente sigue confiando en que los sacrificios que ha asumido ya y los que se anuncian en la perspectiva llevarán finalmente a un cambio de tendencia y de horizonte.

El caballo de parada centenario se desbocará de nuevo, si acertamos a soltarle la rienda.