viernes, 8 de mayo de 2020

ALDO BONOMI: SINDICATO Y POLÍTICA (II)



Riccardo Terzi (izq.) junto a Bruno Trentin, en el Consejo general de la CGIL, diciembre de 1988.


Continúa la conferencia de Aldo Bonomi. El lector encontrará el inicio de la misma en http://vamosapollas.blogspot.com/2020/05/aldo-bonomi-politica-y-sindicato-i.html. Estimo importante la lectura complementaria de la crónica de Alba Sidera, en Ctxt, cuyo link aparece más abajo en la nota a pie de página. Gracias a ese “retrovisor”, se aprecia mejor cómo no hay dos crisis independientes en 2008 y 2020, sino una segunda crisis, desencadenada por un agente nuevo pero relacionada íntimamente con la primera, y que se despliega a partir de ella como ocurre con las cajas chinas.

Como recordatorio de lectura, en su última frase de la primera entrega de este trabajo, el autor se refería al paradigma «capital-trabajo-Estado».


Ese paradigma presuponía, en la práctica, una dialéctica entre las formas del capital y las del trabajo para negociar, contratar y representar, en relación con la estatalidad. Y el sindicato era un punto fundamental de la representación del trabajo, de manera que, según fueran las relaciones de fuerza, se hacía entonces el estatuto de los trabajadores con la misma facilidad con que hoy se hace una Jobs Act [la “reforma laboral” de Matteo Renzi, N. del T.]

Hoy el paradigma nuevo a considerar es el de los flujos que impactan sobre los lugares. Por «lugares» entiendo la dimensión de ese territorio que es, de forma emblemática, Villa d’Almè (1), pero también, si nos referimos a términos geopolíticos y geoeconómicos más amplios, Ucrania, las distintas regiones del Mediterráneo, e incluso otros escenarios.

 Paso a enumerar esos distintos flujos: las finanzas son un flujo, y un flujo impactante porque, apenas se conoce el desastre de Lehman Brothers, de inmediato quedan bloqueados los fondos de las mutualidades, de las cajas, de las empresas, e incluso de esos bancos “locales” que ya no existen. El flujo financiero ha sido, en consecuencia, determinante de forma inmediata en nuestro territorio.

Así pues las finanzas son un flujo, un flujo muy concreto, y que no se limita a la distribución. Es un flujo que ha producido la financiarización de la economía, como se ha visto en el paso de la Fiat de Romiti, que fue el último baluarte del fordismo, a la Fiat de Marchionne, que es una plataforma financiera que despega de Detroit y decide dónde va a aterrizar, en función de localizaciones de conveniencia y de normas relativas a las formas de trabajo dictadas en su propio beneficio.

Las internet company son otro flujo, y se han introducido en todas nuestras casas. Cualquiera que tenga hijos y deba confrontarse con la generación 2.0, se da cuenta de lo que significa ese flujo y hasta qué punto ha cambiado muchas cosas.

Las deslocalizaciones son un flujo al revés, porque desde el territorio fluyen hacia otras partes. Y esto afecta, en este territorio vuestro, a todo el debate sobre el textil y los procesos de deslocalización, así como sobre los atractivos que pueda exhibir vuestro territorio local ante las transnacionales.

También las migraciones son un flujo, han llegado al territorio determinando cambios en particular en el mercado de trabajo. «Pensábamos que llegaban brazos, y han llegado personas», se dice. Y cuando llegan personas el problema ya no es solo la forma del trabajo servil o no servil, sino que el problema pasa a incluir además las religiones, los usos y las costumbres.

El territorio es, por tanto, una  categoría central. Y, lo digo con toda claridad, en mi opinión es necesario volver al territorio, porque es ahí precisamente donde más se aprecia la rotura en pedazos del diamante del trabajo: el trabajo servil, la servidumbre de la gleba, los gremios. Estos fenómenos no aparecen en la fábrica, están dispersos por “otras fábricas”, si me permitís la metáfora.

Dentro del cambio de paradigma se encuentra también otra gran cuestión, que remite al problema de vuestra supervivencia. El peligro de que el sindicato no sobreviva en el nuevo paradigma, en efecto, está relacionado con los grandes mecanismos de poder que están actuando hoy, y que determinan lo que yo llamo «el eclipse de la sociedad de en medio», o bien, para expresarlo de una forma aún más clara, la deslegitimación total de los cuerpos sociales intermedios. El “renzismo” es la forma más alta de representación de esos mecanismos. En el mecanismo de los flujos y de los lugares, esto presupone que el mando se ejerce de arriba abajo sin ninguna mediación. En el interior de la crisis europea, la representación más alta de ese top-down directo y no mediado es la Troika, y por esa razón resulta tan interesante la experiencia griega, porque representa una forma de resistencia a ese proceso, que se ejercita a través de un llamamiento a la estatalidad y a la deuda pública.

En esta forma de mando desde arriba se incluye también la tendencia a abolir los entes territoriales intermedios: desde la fusión de pequeños municipios por ley, hasta la abolición de las provincias o de las comunidades de montaña. Sé muy bien, en lo que se refiere por ejemplo a las comunidades de montaña, porque soy valtelinés, que no son la mejor solución, que eran los democristianos los que lo manipulaban todo. Y sin embargo se trata de una especificidad de algunos territorios que debe ser tenida en cuenta en toda su dimensión (los hospitales locales y las carreteras, por ejemplo).

Es cierto que se ha acabado la época napoleónica de las provincias y las prefecturas, pero subsiste aún el problema de rediseñar un espacio intermedio frente a un razonamiento que remite a la forma política de «un solo hombre al mando» (sea este Salvini o Renzi), porque esa forma hunde sus raíces en la filosofía del «nada en medio».

Sin embargo, la crisis de la representación afecta a todos, no solo a vosotros en tanto que sindicalistas. Afecta también a los empresarios. Tampoco la gran patronal, Confindustria, cuenta ya para nada.

Por tanto, la verdadera gran cuestión es la refundación del tejido intermedio de la representación. «Territorio» significa también esto, porque vosotros estáis aún organizados, no ya según el esquema fordista, sino además según el esquema napoleónico de las provincias.

Pero además de seguir el esquema territorial napoleónico, tenéis una organización «en tubos de órgano» que remite al fordismo. La palabra «reforma» no me gusta porque nos la han robado, diciendo: “Hemos hecho reformas, lo hemos desmantelado todo”. Pero esa no es una reforma, las reformas son otra cosa. Por eso prefiero el término «refundación», que es un término del que se ha abusado en política.

Lo cual no impide que el problema sea precisamente refundar los cuerpos intermedios de la representación. Esa es la gran cuestión que remite, tanto a los cambios en la composición social, como a los cambios de posición de las organizaciones en el espacio mutado. En estos años, ha cambiado el concepto de representación en el sentido de que, desde el mecanismo de la representatividad, se ha pasado a una representación en el sentido teatral, e incluso a una autocelebración: quien no se autocelebra está fuera de juego, quien no se hace el selfie no cuenta para nada.

En resumen, el eclipse de la sociedad de en medio o la crisis de los cuerpos intermedios es una cosa fundamental, y también en este sentido hay en la provocación landiniana un razonamiento de fondo que dice: «¿Hay crisis? Mi respuesta es abrirme, extenderme.» Se trata de un paso positivo, pero no querría que después de esta primera parte de mi exposición, cayerais en la conclusión de que vuestro destino es hacer un sindicalismo de territorio. El sindicalismo de territorio, es decir el sindicato que vuelve a los lugares, lo practica mejor el liguismo, que ha quemado ya esa vía de salida.

Entonces, si yo fuera vosotros, razonaría en primer lugar a partir del espacio que estáis ocupando en los procesos en evolución.

Tal como yo lo veo, este territorio bergamasco es una parte fundamental de lo que yo llamo la “ciudad infinita”, es decir una enorme plataforma productiva que va desde Varese hasta el entorno del aeropuerto de Orio al Serio, junto a Bérgamo, y que incluye aproximadamente medio millón de actividades económicas. No he dicho «fábricas», sino actividades económicas, con un millón de implicados y la mayor tasa de concentración en Italia de sucursales bancarias. Se trata de una plataforma donde se produce para competir, y que, al mismo tiempo, presenta todos los problemas del desempleo y de la pobreza.

Desde mi punto de vista se trata de una única plataforma y vosotros, en cambio, como sindicato seguís aún divididos por provincias: Brescia, Bérgamo, Como, Lecco… Los grandes procesos (los de la hipermovilidad, los del capitalismo de las redes) y las decisiones son, todos y todas ellas, decisiones de plataforma. Por tanto, en primer lugar es importante asumir esta dimensión territorial.

Es más: hacer política hoy quiere decir colocarse en medio de los flujos y los lugares. Desde mi punto de vista, ha sido bueno que Tsipras se colocara en medio de los flujos y los lugares, es decir entre Grecia y Bruselas. Si se hace política hoy, es necesario ponerse en medio de las contradicciones. Es necesario decidir si se está de la parte de los flujos, o de la del territorio. Y, más allá de ese espacio de posición que se asume, es preciso razonar también sobre la forma de reconstruir el tejido intermedio. En este sentido, el problema no es la unidad sindical, sino rediseñar un espacio de posición adecuado desde el que poder hacer un trabajo de representación, y decidir con quién y para quién se realiza ese trabajo.

En consecuencia, por ejemplo, yo espero que el sindicato tenga una posición respecto del discurso de la crisis de la representación de los espacios intermedios, y que plantee como cuestión política el tema de la representación de los sujetos. Este es un problema inalienable que remite a la democracia; estos son temas íntimamente relacionados con la democracia y con la política.

(1) En Villa d’Almè tiene su sede la antes citada empresa Brembo, de unos 250 trabajadores. Es aleccionador, por más que lo que se refiere sea “otra” historia, leer lo que ha ocurrido en los valles bergamascos el pasado mes de marzo, cuando se hizo presente el coronavirus. Ver http://www.ctxt.es/es/20200401/Politica/31884/Alba-Sidera-Italia-coronavirus-lombardia-patronal-economia-muertes.htm

(Concluirá mañana)